Uno de los momentos más especiales y emotivos de una boda es cuando los novios pronuncian los votos matrimoniales. Por lo general, suelen ser una verdadera declaración de amor entre los protagonistas que permite que afloren los sentimientos y las emociones de todos los presentes. Pero, ¿sabes en qué consisten realmente o puedes escribir los tuyos propios?
Desde Laura Malingraux nos consideramos unas apasionadas de las bodas y como tal, creemos firmemente que los votos matrimoniales deben transmitir el cariño, el amor, la pasión y la unión de ambos. Pues, al fin y al cabo, ¿qué es una boda sino gritar al mundo entero que estás enamorado de tu pareja?
¿En qué consisten los votos matrimoniales?
Los votos matrimoniales son una proclamación del amor sincero y recíproco que dos personas que se aman confiesan delante de todos sus seres queridos. Esta declaración debe ir acompañada de una promesa eterna en la que ambos se juran respeto y fidelidad en esta nueva etapa.
Se trata de una declaración de lealtad de los dos prometidos que junto con el intercambio de alianzas -que consiste en la representación física de dicha unión- termina de sellar el compromiso del matrimonio.
¿Cuál es el origen de la tradición?
Ahora que ya sabemos qué son los votos matrimoniales, es interesante conocer cuál es el origen de los mismos. Pues bien, a pesar de que puede parecer que están vinculados al matrimonio religioso católico, parece ser que no nacen de él. Se dice que surgen delLibro de la Oración Común, publicado por primera vez en 1549, libro en el que se fundamenta la Iglesia Anglicana.
Originalmente, los votos matrimoniales no eran iguales para las mujeres y los hombres, pues para ellas incorporaba palabras de amor, aprecio y obediencia. En cambio, para los hombres incluía promesas de amor y cuidado. A partir de 1922, la Iglesia Episcopal decide eliminar la palabra “obedecer” en los votos de las novias.
Los votos matrimoniales por la Iglesia Católica
Tradicionalmente, en las bodas religiosas lo más común era escuchar votos prácticamente predeterminados, pues, aunque pueden variar en algunas palabras, normalmente vienen a decir lo siguiente:
“Yo, (…), te quiero a ti, (…), como mi legítimo/a esposo/a y me entrego a ti, para que los dos seamos uno sólo desde este día en adelante. Prometo serte fiel en la riqueza y en la pobreza, en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte, cuidarte y respetarte todos los días de mi vida, hasta que la muerte nos separe…”
Lo más destacable de este tipo de votos matrimoniales es no solo su contenido, que también, sino la solemnidad del discurso, pues se caracteriza por su gran seriedad y formalidad. Tanto es así que suele generar respeto y admiración cada vez que lo escuchamos en una ceremonia.
Hoy en día, los novios pueden buscar un cambio a esta parte de la ceremonia creando sus propios votos matrimoniales y, de este modo, conseguir que sea mucho más personal, emotiva y también divertida, ¿por qué no? De hecho, esto dependerá exclusivamente de la personalidad y el carácter de los novios, personalizando el evento aún más.
¿Cómo hago que mis votos sean más originales?
Si os apetece que los votos matrimoniales tengan un toque personal y diferente no dudéis en escribirlos vosotros mismos, será mucho más especial. Puede que, a priori, os pueda parecer complicado, pero tomaros vuestro tiempo para dejar salir las palabras del corazón. Si algo se hace con cariño e ilusión, siempre saldrá bien.
Si sois una pareja de románticos empedernidos y os gustaría no solo emocionar a vuestra pareja sino también a todos los asistentes a vuestra boda, dejad que sean los sentimientos y los recuerdos quienes hablen por vosotros. Utilizad las palabras más bonitas, dulces y cariñosas para hacer alusión a aquello que os enamoró de esa persona, o bien, podéis optar por recordar los momentos que habéis vivido juntos en vuestra relación.
En cambio, si preferís huir del tradicional romanticismo de las bodas, podéis darle a vuestros votos matrimoniales un sutil toque de humor que consiga sacar alguna sonrisa entre vuestros invitados. Por ejemplo, una idea excelente es incorporar al discurso anécdotas graciosas y divertidas para ambos, o bien, comentar algún pequeño defecto que a pesar de sacaros de quicio, también os encanta.
¿Cómo escribo mis votos matrimoniales?
Después de saber cómo quieres que sean tus votos matrimoniales, toca coger papel y lápiz, y comenzar a escribir. ¡No te asustes! A todos nos impone una hoja en blanco, y mucho más cuando se trata de exponer algo tan profundo. Por este motivo, lo mejor es dejar que los sentimientos fluyan. ¿Cómo? Tan solo, dedica un tiempo a reflexionar sobre todo lo que vuestra pareja os inspira y comenzad a escribir cuando estéis relajados y veréis como las palabras brotan de vuestro interior.
Eso sí, sentimos deciros que no hay una fórmula preestablecida para que todo sea más fácil. La clave es que os expreséis tal y como sois, usando vuestro propio lenguaje, de una forma lo más natural y sincera posible.
Así conseguiréis plasmar todo aquello que sentís por esa persona especial y que quizá nunca hayáis sido capaz de expresar. Explicad de forma genuina y creativa por qué queréis pasar el resto de vuestra vida con esa persona, con palabras que emocionen y que llenen de felicidad los corazones.
Consejos para tus votos matrimoniales
El día de vuestra boda lo recordaréis para siempre y, desde Laura Malingraux, os animamos a crear unos votos matrimoniales únicos y personalizados para que no lo olvidéis jamás. Si queréis que nada falle y sacar todo aquello que queréis expresar, os recomendamos que, después de redactarlos, pasado un tiempo, volváis a leerlos con calma, para corregir algunos aspectos y añadir otros nuevos.
Lo mejor de crear vuestros propios votos matrimoniales es que, sean como sean, siempre van a ser perfectos y especiales. Simplemente por el hecho de que esas palabras han salido de vuestras experiencias y vuestros sentimientos.
También os aconsejamos que, a pesar de que os declinéis por unos votos más originales y menos clásicos, mantengáis los tradicionales en la parte final de la ceremonia, convirtiéndose en el broche de oro de una promesa de amor única. Si decidís poner música para acompañarlos, tiene que ser a un volumen bajo, para crear el ambiente perfecto, puesto que lo más importante en ese momento es lo que os tenéis que decir.
uno de los secretos de los votos matrimoniales es la naturalidad. Por ello, también es aconsejable que el gran día, los recitéis de memoria, sin leer, para dar más juego a la expresividad. Esto no significa que no puedas tener una copia de papel a mano por si te quedas en blanco o se te olvida alguna parte.
Si os emocionáis al pronunciar los votos, parad un momento y respirad. Cuando todo esté bajo control, o simplemente, la emoción haya fluido, continuad. No se trata de soltar el discurso lo más rápido posible para terminar cuanto antes, es un momento para disfrutar y compartir.