¿Os vais a casar y no sabéis si celebrar una boda civil o una boda religiosa? Desde Laura Malingraux, queremos abordar este tema que, en más de una ocasión, ha generado dudas e indecisión en nuestras novias. Por ello, en este artículo, haremos un análisis de ambos tipos de ceremonia para que la decisión sea mucho más sencilla.
Antes de nada, una vez que habéis decidido dar el gran paso, el primer aspecto decisivo es elegir el tipo de ceremonia que se llevará a cabo. ¿Por qué es tan importante? Pues bien, la realidad es que esta decisión condicionará, en gran medida, el resto de los preparativos del enlace ya que existen diferencias tanto estéticas como legales que debéis conocer y valorar.
En el atelier Laura Malingraux, no podemos recomendar ninguna de ellas en particular, ni tomamos partido por una o por otra, ya que todas las celebraciones del amor nos encantan y todas y cada una de ellas son diferentes y especiales en sí mismas. En cualquier caso, decidáis lo que decidáis, vuestra boda será uno de los días más felices, importantes y memorables de vuestra vida.
Conoce las diferencias entre boda civil y boda religiosa
La principal diferencia entre una boda civil y una boda religiosa es que la segunda se lleva a cabo bajo el protocolo y la tradición de una religión. Mientras, la ceremonia civil no se rige por ninguna fe o religión, en este caso, serían los novios quienes marcarían cómo desean llevarla a cabo. ¡Veamos en qué se diferencian!
¿Cuál es el objetivo?
A pesar de ser diferentes, tanto la boda civil como la boda religiosa tienen un objetivo común y es que ambas se realizan por el amor que sienten los contrayentes. Además, en ambos casos, se cambia el estado civil de la pareja puesto que se pasa de un estado de soltería a uno de matrimonio. Sin lugar a dudas, el amor es aquello que nos mueve como seres humanos, independientemente de la religión, las costumbres y la ideología.
¿Cuál es la vigencia de la unión?
Cuando alguien decide casarse por amor, normalmente es con la intención de pasar el resto de su vida juntos y que sea para toda la vida. Pero si por circunstancias al final no fuera así, el matrimonio civil es un contrato que puede disolverse con relativa facilidad mediante el divorcio.
Sin embargo, el matrimonio religioso católico tiene una connotación espiritual que se celebra en el marco de la fe que profesan los novios en la que la unión marital es bendecida por Dios, lo cual, la hace indisoluble a ojos de la Iglesia no existiendo la figura del divorcio. De esta manera, tras una boda católica, una pareja puede estar separada legalmente ante el Estado, pero para la Iglesia este matrimonio perdurará hasta que se logre la nulidad matrimonial, o bien, hasta el fallecimiento de uno de los cónyuges.
¿Dónde se celebran?
Otra de las diferencias más evidentes es el lugar en el que se efectúa la ceremonia. En el caso de las bodas religiosa, el lugar debe estar consagrado y, por tanto, lo más habitual es que tenga lugar una Iglesia, catedral o capilla.
Ante esta situación, puede que os estéis planteando si es posible celebrar una boda religiosa al aire libre. A pesar de que sí sería posible, es necesario realizar un trámite que no suele ser sencillo pues requiere de una autorización. La respuesta afirmativa por parte de la Iglesia depende mucho de los motivos expuestos por la pareja y de la voluntad del sacerdote que hayan elegido para oficiar el matrimonio.
Por su parte, las bodas civiles solían celebrarse en Ayuntamientos, Juzgados o Registros civiles, pero a día de hoy, esto no tiene por qué ser así. En la actualidad, este tipo de ceremonias cada vez cuentan con una mayor flexibilidad para realizarse en el lugar que los novios deseen. Desde fincas, pazos, jardines, playas, incluso museos o refugios de montaña son algunos de los enclaves favoritos por los novios.
Una boda civil puede llevarse a cabo en cualquier lugar siempre que cuente con un representante legal que oficie la ceremonia con la autoridad pertinente para firmar los documentos que acrediten la unión. Pero, en este caso, también sería posible realizar una boda simbólica y realizar el trámite burocrático antes o después en el ayuntamiento o juzgado.


En cualquier caso, para que el matrimonio tenga validez oficial debe ser firmado en un juzgado o recinto oficial. Es decir, tanto los matrimonios religiosos como civiles más tarde o más temprano, deberán consolidarse en un juzgado, si no se consolidan en el acto.
¿Cuándo pueden celebrarse?
Las bodas religiosas, por norma general, suelen celebrarse los sábados, aunque también es posible que tengan lugar un viernes, un domingo o algún día festivo. En cambio, en las ceremonias civiles, no existe limitación sobre el día en el que celebrar, aunque lo más habitual son los viernes o los fines de semana, con el objetivo de lograr una mayor asistencia de los invitados.
¿Cuál es el protocolo a seguir en las bodas civiles y en las bodas religiosas?
Para conocer un poco más los dos tipos de ceremonias, vamos a descubrir qué protocolo se debe seguir en determinadas cuestiones:
La ceremonia
En las ceremonias religiosas se sigue una estructura con base a la normativa de la propia religión. Por ejemplo, para casarse por la iglesia, los novios deben cumplir con ciertos requisitos: bautismo de los novios, curso prematrimonial y, en ocasiones, haber recibido los sacramentos de la comunión y la confirmación. Además, tendréis que ir acompañados de los padrinos y por los testigos que hayáis escogido para acreditar vuestra unión en matrimonio.
Como con otros aspectos, las bodas civiles son más flexibles en este sentido ya que no hay que seguir un esquema preestablecido. De esta manera, se consigue un ambiente más distendido. Pero, al igual que en las bodas religiosas, también será necesaria la presencia de, al menos, dos testigos, pero no la de otras figuras.
La vestimenta
A nivel estilístico, podemos encontrar notables diferencias en cuanto al vestido de novia, por ejemplo. En las bodas civiles, existe una mayor libertad a la hora de elegir el diseño, el color, llevar cola o no, además de gozar de una mayor permisividad a la hora de diseñar el escote y/o lucir los hombros al descubierto.
En cambio, en la boda religiosa católica, la novia suele decantarse por un vestido blanco y sencillo, de cola larga, con escotes discretos y mangas, todo ello acompañado de un velo.
¿Cómo se pueden personalizar las ceremonias?
Como decíamos al principio del artículo, se trata de un tema muy personal que hace referencia a los gustos de cada persona. Pero, si queréis que vuestra boda sea diferente a las que habéis asistido con anterioridad o que tenga vuestro sello de identidad, la personalización es otra gran diferencia entre las bodas civiles y las bodas religiosas.
Boda civil, multitud de temáticas
En el caso de las bodas civiles, según el lugar que se elija, será más o menos posible personalizar la ceremonia. Por ejemplo, si os decantáis por una ceremonia en un Ayuntamiento o juzgado, es poco probable que se permita introducir decoración externa, y la ceremonia consistirá en la lectura de los artículos correspondientes del Código Civil por parte de un concejal o juez cuya duración no será superior a los 15 minutos, y la firma de los cónyuges y los testigos.
Alejándonos de estas bodas tradicionales, las ceremonias civiles llevadas a cabo en otras localizaciones, presentan un infinito abanico de posibilidades. En este caso, podréis tematizar la boda tanto como vosotros deseéis como, por ejemplo: introducir bailes; incluir los votos de los novios en la estructura de la boda; seguir un rito, como el de la arena o las arras; elegir el número de testigos; o incluso, nombrar a amigo o familiar como maestro de ceremonias.
Boda religiosa, tradición en estado puro
Las ceremonias religiosas católicas son, en su inmensa mayoría, bastante similares y menos originales que una boda civil. Cuentan con una estructura más limitada y predecible puesto que tienen que cumplir con un ritual religioso, el cual es siempre oficiado por un eclesiástico. Algunos de los aspectos que sí podréis personalizar según vuestro criterio será: la duración de la ceremonia; la música que acompañe la entrada y resto del enlace; la elección del acompañamiento del familiar de los novios al altar; o los arreglos florales.
Eso sí, una vez fuera de la Iglesia o del ayuntamiento o juzgado, en la mayoría de los casos, le sigue una celebración o un convite nupcial, donde tanto los invitados como los novios comparten este precioso día lleno de sentimientos y emociones. Sin lugar a dudas, es el instante donde empieza la fantasía ya que podréis dejar atrás los nervios y el estrés.
Dicho todo esto, la elección del tipo de ceremonia dependerá únicamente de la pareja, de sus gustos o costumbres, pues con independencia de esto, seguro que será todo un éxito siempre que vaya acorde con sus creencias y personalidad.
En definitiva, cada boda tiene unas características que la hacen única, por lo que no hay una más bonita ni especial que la otra. Pues, al fin y al cabo, son los novios los que hacen de una boda un recuerdo único e irrepetible. Y vosotros, ¿qué vais a escoger una boda civil o una boda religiosa?